La Biblioteca Estelar

lunes, 30 de septiembre de 2013

Reseñas: Los Hermanos Karamazov. Dostoievski

Recién terminé de leer Los Hermanos Karamazov de Dostoievski, mi primera reacción que expresé incluso vía twitter fue: un final inesperado, pero creo que no había mejor forma de culminar una sopa de culpas.  Dostoievski siempre ha tenido un efecto muy poderoso en mí, es un autor sumamente profundo, un autor que tiene la gran virtud de ser un cirujano de las emociones humanas. Esta obra no es la excepción, definitivamente es un ejemplo más del magistral manejo de personajes y de una trama bien tejida, existe una edificación ideológica que permea lo que sucede dentro del relato y que le da un significado preciso a cada parte involucrada.

Nos adelantamos un poco a entrar en materia, pero bueno, comencemos en forma a describir la obra. Creo que la tesis central del libro es sin duda la culpa, Dostoievski a lo largo de su obra le gustó jugar con el concepto, claramente la mayor expresión de ello fue Crimen y Castigo, y en Los Hermanos Karamazov el tema es un trasfondo que "viste" de manera compleja el cúmulo de emociones y matices de cada personaje.  El plot del libro es la historia de tres hermanos y medio, Dimitri, Iván, Alexei y Smerdichiakov y la relación con su padre Fedor Pavlovich. Como es de suponerse, la trama no es tan simple como se escucha, Dostoievski se encarga de ponerle "sal y pimienta" enfrentando dos antagónicos que explotan una tras otra vez, por un lado el libertinaje de Fedor Pavlovich que es el origen y punto de salida para entender las consecuencias de la trama; y por el otro la visión mesiánica y espiritual que se ve representada muy marcadamente en un personaje: Alexei Karamazov. Podríamos afirmar que se trata un poco de una batalla del bien contra el mal que se libra no en una batalla maniquea vista en blanco y negro, sino en una que se difumina en diversas tonalidades de grises y blancos.  Considero que el color negro estaría representado por Fedor Pavlovich, le seguiría un color gris oxford de Dimitri, luego un gris plateado de Iván y finalmente un color blanco de Alexei. Tenemos sin embargo un elemento interesante que circula entre colores y se mantiene en la sombra que es Smerdichiakov, que al ser y no ser medio hermano de los personajes principales, desempeña una labor por demás esencial en la unión de piezas de la obra, quizá podría decirse que en él podemos hallar al catalizador y "villano" del libro.

Como cité al principio, me parece que Los Hermanos Karamazov es una sopa de culpas y como tal, es un caldo de cultivo para describir una sociedad rusa de varios rostros. También, como no podía faltar en una obra de Dostoievski, está presente el discurso amoroso sufrido, hasta cierto punto infame, las figuras femeninas que tiene el libro no podían dejar de estar contagiadas de los contrastes principales, la mujer burguesa de sentimientos nobles pero vulnerada por las circunstancias que es Katia y por el otro la cortesana de sentimientos vulgares encarnada en Agrafena y que culmina siendo el móvil perfecto para poner a prueba todo el universo de la trama.

Merece mención especial el interesante personaje que construye Dostoievski en Alexei.  El peso que pone en él es el que mantiene en balance a la obra, su bondad, su sencillez, su abnegación, simbolizan la aspiración suprema, el superhombre preliminar que retomaría Nietzsche más adelante.  En "El Idiota" se esboza un personaje de similares características, pero Alexei no es el enamorado que cae ante las pasiones humanas, él es un personaje más apegado a la figura de Jesucristo, simboliza al Mesías, a aquel que pese a la maldad que ocurre en su alrededor, es el que perdona, el que tiene fe, el que se sacrifica por los pecados de sus hermanos.

Culmino dando mis conclusiones de la obra sin arruinarte la oportunidad de que lo leas y te formes tus propias opiniones. A mi modo de ver, el final, así como la estructura general de la trama nos lleva a concluir que todos los involucrados son culpables de lo que ocurre, con excepción de Alexei, el resto de los hermanos son culpables del crimen cometido, sus acciones inevitablemente llevaron a algún pecado, a alguna injusticia.  La ironía es quizá que el verdadero culpable de su propio asesinato, es el asesinado.

César D. Armenta